miércoles, 7 de enero de 2015

No dejes que el estrés domine tu verano




La llegada del verano y de las vacaciones tienen su parte positiva pero, aunque no lo creamos, no todo es tan fácil como parece. La reducción de la jornada laboral, planear viajes y pretender prestar demasiada atención a los niños pueden causar estrés. Los especialistas nos explican cómo normalizar los cambios para disfrutar de estos meses al 100%

Llevamos meses esperando a que llegue y por fin el verano ya está aquí. El sol, el calor, la playa, pasar más tiempo con la pareja o hacer planes con los hijos son sinónimos de felicidad aunque, si te descuidas, el estrés puede robarte el verano y pasar a convertirse en una pesadilla.

El estrés “es una reacción normal en los seres vivos que actúan ante el ambiente con el fin de adaptarse mejor”,  Cuando tenemos que atender a alguna demanda nos activamos: vamos más deprisa, tensamos nuestros músculos y ondeamos más sangre.
Debido a esto “el estrés se manifiesta a nivel cognitivo producido por un cambio en nuestra forma de pensar; cambios fisiológicos porque nos preparamos para actuar y cambios de conducta”

“No todas las personas tienen los mismos síntomas de estrés. Cada uno va a somatizar por la parte que sea más débil: pueden verse afectados físicamente, padecer problemas gástricos o dolores de cabeza”


Diez consejos para un verano perfecto

  1. No confundir calor con estrés. En verano el aumento de la temperatura puede provocar sudoración, fatiga, agotamiento y angustia y en ocasiones podemos llegar a sentirnos más agobiados de lo normal. “Muchos son los que confunden los síntomas del calor con los del estrés, se trata de un bucle del que es difícil salir”. Este calor provoca que estemos más irascibles por lo que se produce un aumento del nivel de sensibilidad.
  2. Durante estos tres meses los niños están de vacaciones y se vuelven mucho más demandantes de sus padres. Los más pequeños no entienden porqué los padres no están de vacaciones y ellos si, “esto puede suponer una clara fuente de estrés”. Por lo que es fundamental explicarles tranquilamente la situación.
  3. Es fundamental gestionar adecuadamente el tiempo y no dejarnos llevar por la tensión y la ansiedad del momento.
  4. Es cierto que con la reducción del horario laboral“al tener menos tiempo para desempeñar las labores del día, el nivel de estrés aumenta”. Es primordial planificar muy bien y valorar las cosas positivas que supone esa disminución de jornada.
  5. En verano conciliar el sueño puede convertirse en una odisea. Este es otro factor que hay que tener en cuenta: es básico “dormir bien  para evitar el nerviosismo y la ansiedad durante el día”.
  6. Las vacaciones son para desconectar por lo que disminuir el uso de teléfonos móviles y tablets nos va a ayudar a encontrar la tranquilidad que tanto ansiamos desde hace tantos meses.
  7. Dedicar más tiempo a actividades placenteras, tenemos que ver la parte positiva que supone esta época del año. Ir a la playa, practicar deporte, estar más tiempo con los amigos son el tipo de actividades que hay que promover para disfrutar y relajarse.
  8. Una alimentación equilibrada nos va a ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad.
  9. Relajación. Para combatir el estrés los expertos recomiendan practicar alguna técnica de relajación como ejercicios de respiración o visualización.
  10. En vacaciones se pasa más tiempo en pareja o en familia y esto puede ser la causa de la aparición de conflictos afectivos. Es recomendable comunicarse con los que te rodean e intentar resolver los problemas a través del diálogo.
En definitiva, saber gestionar el tiempo, relajarse e intentar desconectar al máximo de la rutina nos va a ayudar a disfrutar del verano olvidándonos de la tensión y la ansiedad.






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